martes, 25 de agosto de 2009

SE PUEDE CURAR LA DEPRESION


Antes de empezar a definir qué es la depresión, podemos empezar por definir lo que no es:
Un trastorno depresivo no es un estado de ánimo triste pasajero; tampoco es un signo de debilidad personal o una situación que se pueda superar únicamente con ayuda de la voluntad.
Un trastorno depresivo es una enfermedad que afecta a todo el organismo: al estado de ánimo, a los pensamientos, a la forma en que se come y duerme, a la vida en general.
Sin tratamiento, los síntomas pueden durar semanas, meses o años. En cambio un tratamiento adecuado ayuda a más del 80 por ciento de las personas que sufren depresión.

A grandes rasgos, en cuanto a la naturaleza y la causa de los síntomas de la depresión, podemos hablar de vulnerabilidad biológica, de factores ambientales y de rasgos psicológicos como factores responsables de la enfermedad.
En cuanto al tratamiento, en algunos casos es necesario el tratamiento combinado de fármacos y psicoterapia, y en otros, una intervención psicológica es suficiente para obtener buenos resultados. La finalidad de los tratamientos es dotar al paciente de las estrategias y herramientas necesarias para afrontar las demandas y las necesidades que él genera y las que genera su entorno.
Si usted está deprimido: Los trastornos depresivos hacen que uno se sienta inútil, desvalido, desesperanzado. Estos pensamientos y sentimientos pueden hacer que se dé por vencido. Es importante conocer que estas ideas negativas son parte de la depresión y generalmente no reflejan con exactitud su estado de ánimo. Los pensamientos negativos desaparecen conforme el tratamiento empieza a hacer efecto. Pero mientras tanto:
• No se fije metas difíciles.
• No espere demasiado de sí mismo, si lo hace sólo aumentará su sensación de fracaso.
• Procure estar con otras personas, generalmente es mejor que estar solo.
• Participe en actividades que le hagan sentirse mejor: ejercicio ligero, ir al cine, espectáculos...
• No tome decisiones importantes en su vida, tales como cambiar de empleo, casarse...
• No espere salir de su depresión de inmediato, rara vez sucede, ayúdese a sí mismo cuanto le sea posible y no se culpe por no encontrarse totalmente bien.
Si usted quiere ayudar a una persona deprimida, ayúdele a obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuado. Por supuesto es igualmente importante su apoyo emocional. Ello requiere comprensión, paciencia, consideración y ánimo. Converse con la persona deprimida y escúchela cuidadosamente. Si escucha comentarios relacionados con suicidio no los ignore coménteselos siempre al Psicólogo.
Invite a la persona deprimida a caminar a ir de excursión, al cine... insista suavemente y si su invitación es rechazada insista pero sin exigirle mucho de inmediato, eso podría aumentar la sensación de fracaso.
No acuse a la persona deprimida de aparentar enfermedades o de debilidad, ni espere que salga inmediatamente de la depresión. Sometiéndose a tratamiento, la persona deprimida, mejorará. Téngalo siempre presente y asegúrele continuamente que con tiempo y ayuda, se sentirá mejor.
www.gabinetedepsicologia.com
Fernando Azor Lafarga
Director del centro

sábado, 15 de agosto de 2009

SOBRE LA REALIDAD

Si deseas entrar en contacto con la realidad de una cosa, lo primero que tienes que comprender es que toda idea deforma la realidad y constituye un obstáculo para ver dicha realidad. La idea no es la realidad: la idea "vino" no es el vino; la idea "mujer" no es esa determinada mujer. Si de veras quieres entrar en contacto con la realidad de esa mujer, debes dejar de lado tu idea de la mujer y tener la experiencia de ella en su singularidad concreta y en su unicidad. Por desgracia, la mayoría de las personas no se toman, la mayoría de las veces, la molestia de ver este tipo de cosas en su singularidad, se limitan a ver las palabras o las ideas, pero sin mirar nunca con ojos de niño esa realidad concreta, única, viva y con plumas que se mueve ahí mismo, delante de ellos; lo único que ven es un gorrión. Nunca ven el maravilloso prodigio de ese ser humano único que tienen ante sí; tan sólo ven a una mujer campesina hindú, por ejemplo. La idea, por consiguiente, es un obstáculo para percibir la realidad.
Pero hay otro obstáculo a la percepción de la realidad: el juicio. Tal cosa o persona es buena o mala, fea o hermosa. Ya es suficiente obstáculo, a la hora de fijarse en esa persona concreta, el tener la idea de "hindú", de "mujer" o de "campesina". Pero, encima, ahora añado un juicio y digo: "es buena" o "es mala"; "es guapa y atractiva" o "es fea y poco atractiva". Lo cual me impide verla, porque no es ni buena ni mala. Es "ella", en toda su singularidad. El cocodrilo y el tigre no son ni buenos ni malos; son cocodrilo y tigre. "Bueno" y "malo" dicen relación a algo exterior a ellos. En la medida en que convienen a mi propósito, o son gratos a mis ojos, o me son útiles, o constituyen para mí una amenaza, en esa medida les llamo "buenos" o "malos".
Piensa ahora en ti mismo cuando alguien dice de ti que eres "bueno" o "atractivo" o "guapo". Una de dos: o bien te muestras duro y displicente, porque en realidad te consideras malo, y te dices a ti mismo que, si el otro te conociera tal como eres, no diría que eres bueno; o bien aceptas las palabras de esa otra persona y te crees de veras que eres bueno, y hasta te hace ilusión el cumplido. En ambos casos te equivocas, porque no eres ni bueno ni malo. Tú eres tú. Si te dejas influir por los juicios de quienes te rodean, estarás siempre acumulando tensión, inseguridad y preocupación, porque, del mismo modo que hoy te llaman "bueno", y ello te alegra, mañana pueden llamarte "malo". y te deprimirás. Por eso, la reacción apropiada y correcta, cuando alguien dice que eres "bueno", consiste en decir: "Esta persona, dada su actual percepción y talante, me ve bueno, lo cual no dice nada acerca de mí. Otro en su lugar, y con su propia manera de ser y de percibir las cosas, me vería malo, lo cual tampoco diría nada acerca de mí".
¡Con qué facilidad nos dejamos engañar por el juicio de los demás y nos formamos una imagen de nosotros mismos basada en ese juicio...! Para liberarte de verdad necesitas escuchar las cosas buenas y malas que ellos quieran contarte, pero no has de reaccionar con mayor emoción que la que manifiesta un ordenador cuando le introducen los datos. Y es que lo que ellos digan acerca de ti revela mucho más sobre ellos mismos que sobre tu persona.
En realidad, también tienes que ser consciente de los juicios que tú hagas acerca de ti mismo, porque incluso éstos se basan, por lo general, en los sistemas de valores de las personas que te rodean. Si juzgas, condenas o apruebas, ¿acaso ves la realidad? Si contemplas algo a través del prisma del juicio, de la aprobación o de la condena, ¿no es ése el principal obstáculo para comprender y observar las cosas tal como son? Cuenta hasta diez cuando una persona te diga que eres alguien muy especial para ella; si aceptas el cumplido, empezarás a acumular tensión. ¿Para qué quieres ser especial para alguien y someterte a semejante clase de juicio aprobatorio? ¿Por qué no contentarte simplemente con ser tú mismo?
Cuando una persona te haga saber lo especial que eres para ella, todo lo más que puedes decir es: "Esta persona, dados sus gustos y necesidades, sus instintos, sus apetencias y sus proyecciones, siente una especial atracción hacia mí, lo cual no dice nada acerca de mí como persona. Otros muchos me encontrarán absolutamente vulgar, y ello tampoco dice nada acerca de mí como persona". En el momento en que aceptes el cumplido y te complazcas en él, habrás dado a esa persona el control sobre ti. Temerás constantemente que conozca a otra persona que le resulte muy especial y te haga perder la posición de privilegio que ocupas en su vida. Consiguientemente, te pasarás la vida bailando al son que ella quiera tocar y respondiendo a sus expectativas, con lo cual habrás perdido tu libertad. En suma, habrás conseguido depender de ella para ser feliz, porque has hecho que tu felicidad dependa del juicio de ella acerca de ti.
Por si fuera poco, aún puedes empeorar las cosas poniéndote a buscar a otras personas que te digan lo especial que eres para ellas e invirtiendo un montón de tiempo y de energías en asegurarte de que nunca van a cambiar esa imagen que tienen de ti. ¡Qué forma de vivir más agotadora...! De pronto, el miedo hace acto de presencia en tu vida; miedo a que se destruya tu imagen. Pero, si lo que buscas es la audacia y la libertad, tienes que deshacerte de ese miedo. ¿Cómo? Negándote a tomar en serio a cualquiera que te diga lo especial que eres para él. Las palabras "Tú eres algo muy especial para mí" tan sólo dicen algo acerca de mi actual disposición con respecto a ti, de mis gustos de mi actual estado de ánimo y de la fase evolutiva en que me encuentro. No dicen otra cosa. Acéptalas, pues, como un simple dato y no te alegres por ellas. Lo que puede alegrarte es mi compañía no mi cumplido; mi actual interacción contigo, no mi elogio. Y, si eres juicioso, me animarás a descubrir a otras personas igualmente especiales, para no verte nunca tentado de aferrarte a esa imagen que yo tengo de ti. No es dicha imagen la que ha de procurarte gozo y contento, porque eres consciente de que la imagen que yo tengo de ti puede cambiar muy fácilmente. Lo que has de disfrutar, pues, es el momento presente, porque, si te complaces en la imagen que yo tengo de ti, entonces te tendré controlado, y te dará miedo ser tú mismo, por temor a hacerme daño; te dará miedo decirme la verdad y hacer cualquier cosa que pueda deteriorar la imagen que yo tengo de ti.
Aplícalo ahora a cualquier imagen que la gente tenga de ti y que te haga ver que eres un genio, un sabio, un santo o algo parecido; siéntete halagado, y en ese momento habrás perdido tu libertad, porque en adelante no dejarás de esforzarte por conseguir que no cambien de opinión. Temerás cometer errores, ser tú mismo, hacer o decir cualquier cosa que pueda dañar dicha imagen. Habrás perdido la libertad de ponerte en ridículo, de ser objeto de bromas y chanzas, de hacer y decir lo que a ti te parezca, en lugar de lo que parece encajar con la imagen que los demás tienen de ti. ¿Cómo se acaba con esto? A base de muchas horas de paciente estudio, concienciación y observación de lo que tan estúpida imagen te proporciona: una emoción mezclada de inseguridad, falta de libertad y sufrimiento. Si logras ver esto con claridad, te desaparecerán las ganas de ser especial para nadie o de que nadie te tenga en una elevada consideración, no temerás andar con pecadores y personajes de dudosa reputación y harás y dirás lo que te plazca, sin importarte lo que la gente piense de ti. Conseguirás ser tan falto de auto-conciencia como los pájaros y las flores, demasiado ocupados en la tarea de vivir como para preocuparse lo más mínimo de lo que los demás puedan pensar de ellos y de si son o dejan de ser algo especial para otros. Y, al fin, lograrás ser libre y audaz.

:::UNA LLAMADA AL AMOR:::

lunes, 10 de agosto de 2009

SINTOMAS DE LA DEPRESION


Un trastorno como la depresión afecta el ánimo de manera radical y no como arranques emocionales que resultan de problemas particulares, los cuales generalmente , son de un tiempo mucho mas corto.
Los síntomas centrales de la depresión son:
• caída del ánimo
• pérdida de energía e interés
• sensación de enfermedad física o debilitamiento
• baja concentración
• apetito y sueño alterados
• disminución de las funciones físicas y mentales
Además, muchos problemas físicos genuinos como dolor pre-cordial, indigestión, dolores de cabeza o periodos alterados, frecuentemente van de la mano con la depresión. Esto ocurre tan comúnmente que mucha gente se enfoca en estos problemas sin darse cuenta que están sufriendo depresión.
Pero es probable que sean los sentimientos de:
• desesperanza
• desamparo
• culpa
• ansiedad
• tristeza

Que también acompañan a la depresión, lo que resulte más difícil de soportar. Una indicación de la profundidad de desesperación experimentada por quienes la sufren es el hecho de que la depresión es la causa más común de suicidio.
Incluso así, es muy difícil para cualquiera que no tiene experiencia personal de depresión realmente entender el grado del problema.
El siguiente relato escrito por un anónimo, que apareció en el British Medical Journal, ayuda a ponerla en perspectiva:
"Un síntoma de los malos tiempos es que usted piensa que ellos nunca acabarán. Usted se convence a si mismo que está condenado para siempre a un estado de media vida. Usted despierta a un susurro y necesita un esfuerzo desmesurado para dejar la cama. Usted sabe que debe levantarse para detener el sentimiento de desesperación, pero la languidez que es una característica de la condición lo mantiene ahí, contemplando el techo con una mirada estática, reflexionando sobre el interminable día que nos espera. Todo significa un esfuerzo y se realiza lentamente. La tarea más pequeña es un peso para usted... Problemas menores se convierten en temas de gran magnitud. Las decisiones son postergadas y evitadas. Las simples tareas son aplazadas indefinidamente. Lo peor de todo es la desintegración de su autoconfianza. Usted titubea al hablar y al actuar. El sonido del teléfono lo hace saltar y no se atreve a responder".

La depresión es una enfermedad que, al igual que otras patologías, requiere el diagnóstico médico y la administración de medicamentos para su tratamiento. Si usted cree estar deprimido es mejor que consulte al especialista adecuado que, en este caso, es un médico y no otro profesional de la salud.
La depresión puede ser tratada. Si usted cree que tiene síntomas de depresión, lo mejor será que consulte a un médico especialista en el tratamiento de la depresión: ellos son los llamados a tratar este tipo de enfermedades.

Fuente:http://www.depresion.cl/que04.html

¿AUMENTARON EN LOS ULTIMOS AÑOS LOS ATAQUES DE PANICO?



-Sí, aumentaron por la tensión emocional constante, la que también incrementó otras patologías como, por ejemplo, las lesiones en la piel.

-¿Es una enfermedad psicosomática o física?
-Es una enfermedad psicosomática, es decir,'el padecimiento psíquico tiene claras manifestaciones en el cuerpo.

-¿Como comienza el proceso y cuáles son sus síntomas?
-Se presenta intempestivamente, sin ninguna causa aparente. Y los síntomas más frecuentes son palpitaciones, dolores en el pecho, mareos o vértigos, náuseas o problemas estomacales, sofocones o escalofríos, dificultad para respirar, cosquilleo o entumecimiento en las manos, estremecimiento o temblores, sensación de irrealidad, terror (sentir que algo horrible va a pasar y no poder evitarlo), miedo a perder el control, transpiración y miedo a morir.

-¿Qué situaciones pueden desencadenarlo?
-Suele desencadenar un ataque de pánico una situación que provoque una fuerte tensión emocional. Pero no en todos los casos. A veces parece la mosca en la sopa de una vida totalmente armoniosa y agradable.
Un mismo dato de la realidad puede causar angustia en una persona y en otra resultar absolutamente tolerable. Los desencadenantes entonces se leen retrospectivamente.

-¿Se produce por una acumulación de ansiedad, miedo y angustia o por otros motivos?
-No, los picos de ansiedad, miedo o angustia acompañan el cuadro, no lo producen.

-Un ataque de pánico, ¿puede efectivamente derivar en un ataque cardíaco o en un pico de presión arterial?
-Es posible como con cualquier estado de fuerte impacto emocional, pero en general, el paciente no corre un grave peligro en ese sentido. Por la sintomatología, es frecuente que se confunda con una afección cardíaca o con cualquier otra enfermedad que amenaza la vida, y como se asustan, suelen concurrir a la sala de guardia de los hospitales. Pero un buen chequeo clínico puede diferenciar el ataque de pánico de un ataque cardíaco o de presión.

-¿Las mujeres tienen una propensión mayor a sufrirlo?
-Es doblemente más común en las mujeres, posiblemente por su facilitación de la angustia. El hombre, en general, tramita estas cosas de otra manera.

-¿Se produce más frecuentemente a determinada edad?
-Puede presentarse en cualquier edad, pero generalmente, no antes de la pubertad. Comienza en los adultos jóvenes.

-¿Qué actitud se debe tomar cuando se empieza a advertir los síntomas?
-Consultar a un profesional. En general, algo en la vida del paciente anda mal y excede su dominio.

-¿Los ataques pueden volver a producirse?
-Es probable que aquellos que lo sufrieron una vez puedan volver a sufrirlo, y la frecuencia varía en cada caso. El que sufre continuos ataques o siente ansiedad por miedo a tener otro, se dice que sufre trastorno causado por pánico. El no tratarlo puede causar mayor asiduidad y, obviamente, el efecto es una vicia cada vez más limitada, ya que pueden surgir fobias asociadas. Es decir, alguien que sufre sucesivos episodios en la calle llegará a no dar un paso fuera de su casa por miedo a que le ocurra afuera. Entonces a esto se le puede ensamblar la agorafobia (fobia a los espacios abiertos). Sucede que los pacientes suelen asociar el lugar donde les ocurrió (por ejemplo, en el subte o en un cine) con el ataque, y no quieren volver a ir a esos lugares.

-¿A quién se debe consultar en estos casos: a un psicólogo o a un médico clínico?
-Se debe consultar a un psicólogo, ya que los síntomas físicos son causados por un padecimiento psíquico y no, por ejemplo, por una disfunción hormonal. No son los químicos los que van a solucionar el padecimiento subjetivo. Por supuesto que si además el profesional evalúa, como en cualquier otro caso, la necesaria administración de fármacos, se realizará una interconsulta médica. En cualquier tratamiento psicológico donde el paciente tome medicamentos, éstos deben estar suministrados y controlados por un médico.

-¿Existe algún tratamiento para prevenir los ataques de pánico?
-Si el paciente se decide a consultar a un profesional y llevar adelante el tratamiento, de modo responsable, los ataques van disminuyendo hasta desaparecer.



La informacion de este articulo tiene una funcion solamente informativa. Recomendamos que consulte a su medico o terapeuta ante cualquier duda


www.borloj.com

viernes, 7 de agosto de 2009

ATAQUE DE PANICO

Fernando González G.
Un ataque de pánico es una angustiante oleada de miedo que aparece de manera repentina, brusca y sin razón aparente; las mujeres son las más afectadas, en una relación de 2 a 1; su origen se relaciona con depresión y estrés, así como con la falta de algunas sustancias neurotransmisoras en el cerebro.
La sociedad establece convencionalismos para todo y, en el caso del miedo, por ejemplo, se piensa que es normal asustarse ante un asalto o robo, incendio o terremoto; es decir, escenarios que responden a una causa palpable o tangible.
No ocurre lo mismo cuando alguien tiene temor de entrar en un elevador o abordar un avión, es decir, parece incomprensible que un individuo sienta miedo al atravesar un puente o que una persona que conduce perfectamente su auto en la ciudad sea incapaz de hacerlo en carretera.
Sin embargo, hay que entender que esta clase de personas son incapaces de sobreponerse a estos eventos y que, lejos de juzgarlas severamente, se les debe comprender y recomendarles que busquen la ayuda de un psiquiatra. Así, es conveniente saber que, de acuerdo a los criterios para diagnosticar los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana, un ataque de pánico es la aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, que inicia bruscamente y alcanza su máxima expresión durante los primeros 10 minutos, y está acompañado de cuatro ó más de los siguientes síntomas:
• Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca.
• Sudoración.
• Temblores.
• Sensación de ahogo o falta de aliento.
• Percepción de que un objeto obstruye la garganta.
• Opresión o malestar torácico.
• Náuseas o molestias abdominales.
• Inestabilidad, mareo o desmayo.
• Pensar que lo que ocurre es irreal.
• Miedo a perder el control, volverse loco o tener miedo a morir.
• Sensación de entumecimiento u hormigueo (parestesias).
• Escalofríos o sofocaciones.
Miedo, sin causa aparente
Típicamente, dichos ataques ocurren en forma espontánea y en cualquier momento, incluso durante el sueño, y dado que no se puede predecir cuándo se presentarán, muchas personas viven en un estado de preocupación continua temiendo que puedan sufrir otro ataque en cualquier momento.
La mayoría de estos episodios duran sólo unos minutos (10, si se prolongan) y, en casos muy raros, hasta una hora. Sin embargo, sea cual sea el caso, al paciente le parece que se trata de una eternidad.
Ahora bien, algunas veces los síntomas de este desajuste emocional hacen pensar a la persona que su vida corre peligro, a tal grado que cree que está teniendo un ataque al corazón, padeciendo un problema respiratorio o gastrointestinal, o bien, un trastorno neurológico, es decir, tiene miedo de estar perdiendo el control o convirtiéndose en psicótico.
Asimismo, es común que el enfermo manifieste intensa ansiedad entre cada uno de los episodios, por lo que no resulta extraño que se desarrollen fobias acerca de los lugares en los que se produjeron dichos ataques, como supermercados, gasolineras o aviones, entre otros.
Cifras y repercusiones
Diversos estudios señalan que los trastornos de pánico suelen atacar a jóvenes menores de 24 años, que la relación es de 2 a 1 en comparación a las mujeres y que aproximadamente 2% de la población adulta sufre este desequilibrio.
Igualmente, se sabe que dicha patología puede relacionarse con otros padecimientos, en su mayoría depresión y consumo de ciertas sustancias; aproximadamente 30% de los enfermos abusan del alcohol, y 17% de drogas como cocaína y marihuana, como consecuencia de intentos sin éxito para reducir la angustia causada por su enfermedad. Por ello, el psiquiatra deberá diagnosticar si hay padecimientos complementarios y atacar el problema en forma integral.
Es fundamental que se considere que los ataques de pánico repetidos pueden tener efecto devastador sobre la persona que los padece. Por ello, es necesario que se tenga en cuenta la importancia del tratamiento:
• Si no se tiene la atención médica necesaria, el paciente puede seguir manifestando ataques de pánico durante años, lo cual puede llegar a interferir seriamente en sus relaciones familiares y laborales.
• Su modo de vida queda dramáticamente restringido porque, por ejemplo, la persona puede comenzar a eludir aquellas situaciones en las que cree que podría sufrir un ataque de pánico, lo que podría abarcar actividades perfectamente normales y cotidianas, como ir al supermercado e, incluso, conducir su auto. En casos extremos, la persona que padece ataques de pánico y no recibe tratamiento, podría tener miedo a salir de su casa.
• Algunas personas limitan su productividad laboral, ya que los síntomas pueden impedir que realicen viajes de negocios, o que sean incapaces de permanecer en el lugar visitado. Igualmente, es posible que rechacen ascensos o tareas laborales porque ello aumentaría sus posibilidades de sufrir un ataque de pánico; otros más renuncian y hay quienes sólo abandonan su casa para ir a trabajar; es evidente que no realizan ninguna otra actividad social.
• Muchos individuos sufren depresión y piensan en el suicidio; otros buscan reducir los síntomas del pánico mediante el consumo de alcohol u otras drogas.
Tratamiento
Los expertos creen que este tipo de patología se relaciona con cierto desorden cerebral, es decir, con un desequilibrio de algunas sustancias neurotransmisoras, entre ellas la serotonina, la cual está implicada en la regulación de la temperatura, percepción sensorial y en proporcionar al organismo sensaciones placenteras.
Químicamente hablando, la falta de serotonina es una de las evidencias de un proceso depresivo, sea éste menor o mayor, que es muy común en personas que sufren ataques de pánico; es por ello que el psiquiatra recomendará un antidepresivo que regule la presencia de dicha sustancia, lo cual se complementará en muchos casos con un ansiolítico (medicamento para combatir la ansiedad).
Además, el tratamiento podría incluir sesiones de psicoterapia cognitiva-conductual (TCC), que enseña a las personas a enfrentarse a los ataques de pánico de una manera diferente. La mayoría de los pacientes presentan progresos significativos después de algunas semanas de terapia, aunque en ciertos casos puede requerirse un tratamiento más largo, porque son comunes las recaídas.
Cómo funciona la terapia
El método cognitivo-conductual enseña a la gente a anticipar y a autoprepararse para hacer frente a las situaciones y sensaciones corporales que podrían desencadenar un ataque de pánico. Generalmente, la TCC incluye los tres elementos siguientes:
• El terapeuta ayuda a la persona a identificar los modelos de pensamiento que le inducen a interpretar erróneamente ciertas sensaciones y a asumir que está ocurriendo lo peor. Estos modelos de pensamiento están profundamente arraigados, y se requiere práctica para detectarlos y después modificarlos.
• El experto puede enseñar al paciente ejercicios respiratorios que le tranquilicen y que pueden evitar la hiperventilación (respiración excesivamente rápida) que suele tener lugar durante un ataque de pánico.
• El psiquiatra puede ayudar a la persona a hacerse cada vez menos sensible a las sensaciones corporales alarmantes y a los sentimientos de terror. Esto se consigue promoviendo que la persona se pruebe a sí misma, poco a poco y de forma segura, en los lugares y situaciones que ha estado rehuyendo.
Por otro lado, hay que decir que existen especialistas en salud mental que utilizan el psicoanálisis para sanar esta patología, lo cual ayuda al enfermo a descubrir las causas de su malestar por sí mismo y, después, cuando concientiza lo que le genera angustia o ansiedad, trata de enfrentar la situación. Claro está que mientras esto ocurre el médico ofrecerá tratamiento farmacológico que impida que el paciente tenga los síntomas antes descritos.
Finalmente, habría que decir que ésta, como muchas otras enfermedades de orden mental, ha sido estudiada de tal forma que ya se cuenta con soluciones reales que permiten que el enfermo recobre su calidad de vida.

miércoles, 5 de agosto de 2009

domingo, 2 de agosto de 2009

NICK: UN TESTIMONIO DE VIDA



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